Rinitis alérgica y rinosinusitis crónica no controladas: ¿En dónde estamos hoy?




La inflamación crónica de la vía respiratoria superior puede dividirse de manera aproximada en dos entidades clínicas principales, es decir, la rinitis y la rinosinusitis. Entre los diferentes fenotipos de la rinitis, las rinitis infecciosas y alérgicas (RA) son las que mejor se caracterizan desde el punto de vista fisiopatológico. La rinitis se define como una inflamación sintomática de la mucosa nasal, que da lugar a al menos dos síntomas nasales que están presentes por más de una hora al día. La rinitis alérgica requiere la demostración de hipersensibilidad mediada por IgE con pruebas cutáneas o sistémicas apropiadas. La rinosinusitis crónica (RSC) clásicamente se divide en un grupo con y sin evidencia endoscópica o radiológica de pólipos nasales (RSCcPN y RSCsPN, respectivamente). Tanto la RA y la RSC se caracterizan por inflamación, se dividen en los subgrupos leve, moderado y grave, y los medicamentos antiinflamatorios representan el tratamiento de primera línea. Los documentos de los algoritmos de tratamiento dentro de ARIA y EPOS proporcionan lineamientos basados en la evidencia para el tratamiento de la RA y la RSC. En la RA, la inmunoterapia se indica cuando la farmacoterapia no tiene éxito. La reducción quirúrgica del cornete inferior o la corrección quirúrgica de una desviación septal se indican sólo cuando persiste la obstrucción nasal como síntoma principal en pacientes con RA tratados en forma adecuada. El tratamiento antiinflamatorio en combinación con aseos de solución salina representa el primer paso del tratamiento para la RSC, con adaptación de un régimen terapéutico dependiente de si se logra el control de los síntomas. En la RSC, la cirugía se considera si fracasa el tratamiento médico prolongado.
El tratamiento médico para cualquier condición pretende una mejoría total o clínicamente significativa de los síntomas. El grado de reducción de los síntomas, la presencia de eventos adversos y la medida de resultado del tratamiento, todos determinan el control de la enfermedad. En contraste a otras enfermedades como el asma y a pesar de la prevalencia alta de la RA y la RSC, el concepto de control de la enfermedad se introdujo sólo de forma reciente en la RA y la rinosinusitis. Sin embargo, este concepto es importante para definir ese grupo de pacientes con enfermedad difícil de tratar, que representa un reto diagnóstico y terapéutico y tiene un gran impacto socioeconómico. Después de definir aquellos pacientes con enfermedad no controlada, los factores asociados con la falta de control se pueden identificar y abordar mejor para dar mejor tratamiento y se puede obtener un mejor conocimiento en el control global de la enfermedad de la vía aérea.
Un estudio retrospectivo reciente de pacientes con RA demostró que casi una quinta parte de los pacientes tratados para RA no responde satisfactoriamente al tratamiento médico, ya que los valores de la EVA (escala visual análoga) para los síntomas nasales persistieron más altos o iguales a 5 con asociación de síntomas oculares graves persistentes. Como una consecuencia, la falta de control con el tratamiento médico se propuso por Bousquet et al como un promedio de la EVA para el total de los síntomas nasales de 5 o más puntos después del tratamiento y/o síntomas oculares graves.
La rinosinusitis difícil de tratar se propuso como una entidad clínica separada en aquellos pacientes con RSC que experimentan control insuficiente de los síntomas a pesar del tratamiento médico y quirúrgico adecuados. Se estima que hasta 20% de los pacientes con RSC no está bien controlado según las guías del tratamiento. La tercer guía EPOS contiene la primera propuesta para definir el concepto de control en la rinosinusitis. De acuerdo a  la evaluación combinada de la gravedad de los síntomas, el aspecto de la mucosa y la necesidad de medicación sistémica, los pacientes con RSC se definen como controlados, parcialmente controlados o no controlados (Tabla 1). El concepto de control en la RA y la RSC abre horizontes nuevos en la investigación, principalmente con el objetivo de desentrañar los mecanismos subyacentes responsables de la falta de control. Después de definir aquellos pacientes con enfermedad no controlada, se pueden identificar los factores asociados con la falta de control y dar un mejor tratamiento.
Esta revisión es una iniciativa tomada por los expertos de la sección Oídos Nariz y Garganta (ENT) de la EAACI en conjunto con ARIA y EPOS quienes sintieron la necesidad de proporcionar una visión global del estado del arte actual del control en la inflamación de las vías respiratorias superiores, ya que estos conceptos son cada vez más importantes. El estado actual del arte en el control de las enfermedades de las vías respiratorias superiores se revisará en paralelo con énfasis en los diferentes factores que intervienen en la inflamación de la vía aérea superior no controlada y para poner de relieve las necesidades no satisfechas en este ámbito.
Definición de control en la RA y la RSC
En general, el objetivo del tratamiento de cualquier condición médica es alcanzar y mantener el control clínico. El control se define como un estado de enfermedad en el que los pacientes ya no tienen síntomas o los síntomas restantes no se consideran molestos. En la RA y la RSC, los síntomas son una consecuencia de la reacción inflamatoria en la mucosa, y el control de los síntomas se consigue principalmente por los regímenes de tratamiento antiinflamatorios. Hasta el momento, el concepto de control no está bien definido en la RA ni en la RSC.
En la RA, Bousquet et al propusieron una simple puntuación EVA como herramienta clínica para la evaluación del control, con una puntuación EVA para el total de los síntomas nasales, al considerar como punto de corte 5 puntos o más para la enfermedad no controlada. De acuerdo a un análisis retrospectivo, se estima que una quinta parte de los pacientes con RA no están controlados a pesar del tratamiento médico adecuado de RA. Cabe señalar, que el tratamiento de la RA de acuerdo con los lineamientos de ARIA se asoció con una menor incidencia de rinitis no controlada (10%) que el tratamiento antialérgico de libre opción (18%). Resulta interesante, que el uso de una puntuación de la EVA para el total de síntomas nasales resultó ser una herramienta conveniente para la evaluación del control en la RA, así como la información incorporada en un cuestionario validado de calidad de vida en la RA y las puntuaciones reflexivas totales de los síntomas nasales (RT4SS ).
Para la rinosinusitis, se propuso de manera reciente un concepto más complejo de control en la actualización de 2012 del documento de EPOS (Tabla 1). Por motivo de uniformidad y al considerar el concepto global de las enfermedades de las vías respiratorias, la propuesta de control de la enfermedad en la rinosinusitis fue similar a la herramienta para la evaluación del control del asma en las guías de GINA. Una evaluación combinada de la gravedad de los síntomas nasosinusales por los pacientes, la evaluación clínica de la mucosa y nasal y la necesidad de tratamiento sistémico en el transcurso del último mes, se tomaron en cuenta para la definición de paciente controlado, parcialmente controlado o no controlado (Tabla 1).
Al seguir los algoritmos de tratamiento de ARIA y EPOS, el efecto terapéutico de un tratamiento recomendado necesita evaluarse después de 2-4 semanas para la RA y después de 3 meses para la RSC. En la actualidad, las cuestiones relacionadas con el tiempo para la evaluación del control proponen que sean 2 semanas de tratamiento para la RA y el último mes de tratamiento para la RSC. Después de la evaluación de control, el tratamiento se adapta a los lineamientos de acuerdo a las guías de ARIA (Fig. 2) y EPOS (Fig. 3), respectivamente.
Factores relacionados con la enfermedad en los síntomas no controlados de la vía aérea superior
El concepto de enfermedad crónica grave de la vía aérea superior se introdujo para definir a aquellos pacientes con enfermedad grave y no controlada a pesar del tratamiento según las guías, lo que representa un desafío terapéutico.
De hecho, los pacientes con RA grave pueden no responder de manera suficiente a un tratamiento médico adecuado. Varios factores pueden ser responsables para este fenotipo de RA grave en un subgrupo de individuos que no responden bien a los medicamentos. Los factores ambientales como la carga de alérgenos, la exposición al humo de cigarro, los contaminantes intramuros y extramuros y los factores ocupacionales pueden contribuir a la gravedad y la persistencia de los síntomas alérgicos de las vías respiratorias en pacientes con RA. Entre los factores hormonales, las hormonas sexuales femeninas se asociaron con una inflamación alérgica más grave. Como regla general, un tercio de las pacientes experimenta más síntomas relacionados con la alergia durante el embarazo que antes. Los factores genéticos participan en la respuesta inflamatoria y pueden determinar el equilibrio entre la secreción de proteínas proinflamatorias y antiinflamatorias, así como la presencia de hiperreactividad de la mucosa. Por razones desconocidas, los mecanismos neuroinflamatorios en algunos pacientes con RA pueden ser más importantes que en otros, y dan lugar a los estornudos y el prurito nasal. Los mediadores como la sustancia P se asociaron con diferentes síntomas en pacientes con RA, así como en rinitis no alérgica y no infecciosa. Similar al asma, se reportó resistencia a los esteroides en RA y RSC y puede ser una razón para la falta de control en ambas condiciones. Los mecanismos de resistencia a los esteroides en la RA y la RSC están lejos de ser validados.
La rinosinusitis crónica representa una enfermedad multifactorial con factores  anatómicos, humorales, ambientales, endógenos y iatrógenos involucrados en la fisiopatología. En pacientes con RSC, a menudo es difícil establecer en forma clara la contribución de estos factores individuales a la inflamación nasosinusal crónica, y no siempre está claro el papel de los microorganismos. Sin embargo, es importante reconocer el hecho de que cada uno de estos factores puede actuar en conjunto para inducir inflamación nasosinusal. Al igual que en la RA, factores ambientales y hormonales similares pueden agravar la inflamación nasosinusal. Además, las inmunodeficiencias, la disfunción mucociliar y la fibrosis quística pueden ser la base de RSC no controladas. La RSC se encuentra con más frecuencia en pacientes con asma y EPOC, con enfermedad más recurrente después de cirugía en los pacientes con asma que en los pacientes sin asma. Dentro del grupo de la RSC, los pacientes con PN representan un grupo con un perfil inflamatorio típico, donde los pacientes intolerantes a la aspirina presentan una forma más grave de RSCsPN.
Factores relacionados con el diagnóstico de los síntomas no controlados de la vía aérea superior.
En la enfermedad no controlada de la vía aérea superior, es necesario reconsiderar en una cierta etapa el diagnóstico de RA y/o RSC (Fig. 2 y 3), en un intento de descubrir si cualquier otro factor se pasó por alto o incluso un diagnóstico incorrecto es responsable de la falta de control.  Se reconocen diferentes fenotipos de la RA y la RSC.
El diagnóstico de la RA debe combinar síntomas sugestivos de la RA y la demostración de una sensibilización alérgica (por ejemplo, pruebas cutáneas positivas o IgE sérica específica). En un subgrupo de pacientes con RA, la hiperreactividad nasal (HRN) representa un síntoma importante de presentación que a menudo no se trata de forma adecuada. Aparte de la historia para el diagnóstico, la HRN puede medirse de forma objetiva con diferentes técnicas de provocación entre las cuales el reto con aire seco frío representa una herramienta útil, que es superior al reto con histamina. Además de los aspectos inflamatorios de la RA, varios factores pueden agravar el grado de obstrucción nasal y las secreciones nasales en pacientes con RA. Es probable que la congestión nasal en los pacientes con RA con desviación septal, disfunción de la válvula nasal y/o presencia de pólipos nasales, tenga un impacto mayor sobre los síntomas en estos pacientes en comparación con los pacientes con RA sin patología funcional o PN. La obstrucción nasal, las secreciones o la rinorrea se vuelven más molestas en los niños con RA e hipertrofia de las adenoides, que en aquellos sin obstrucción de la cavidad nasofaríngea por crecimiento de las adenoides. Se debe excluir un defecto de la base del cráneo con drenaje de líquido cefalorraquídeo preferentemente con la medición de la transferrina β2o trazas β en las secreciones nasales de los pacientes con rinitis con rinorrea acuosa importante no controlados con tratamiento médico.  En los niños con rinitis y obstrucción nasal, no debe pasarse por alto la hipertrofia de adenoides, así como la atresia de coanas.
En la RSC grave, el drenaje mucociliar deficiente, las deficiencias inmunológicas y/o los factores iatrogénicos deben reconocerse como razones para el fracaso del tratamiento. Las enfermedades granulomatosas como la enfermedad de Wegener o la sarcoidosis deben considerarse en aquellos pacientes con alteración del estado general y la formación de costras nasales. En pacientes con RSCcPN grave, la presencia de intolerancia a la aspirina, asma, EPOC, bronquiectasias, síndrome Churg Strauss, fibrosis quística y discinesia ciliar primaria, todos ellos demostraron ser predichos negativos en el resultado del tratamiento. El diagnóstico de estas condiciones debe considerarse en caso que no se controle la enfermedad con las herramientas recomendadas de diagnóstico, ya que estos diagnósticos se asocian a menudo con la perspectiva de cambiar la estrategia de tratamiento para uno más apropiado y mejor información para el paciente.
Factores relacionados con el tratamiento de los síntomas no controlados de la vía aérea superior
Un tratamiento óptimo para la RA y la RSC implica la mejor opción de tratamiento por el médico, con una cuidadosa evaluación de la necesidad de farmacoterapia o la asociación de farmacoterapia e inmunoterapia, de acuerdo a la gravedad y el tipo de síntomas. De manera ideal, se tienen en cuenta los efectos terapéuticos esperados de las diferentes opciones de tratamiento, como la inmunoterapia. En efecto, los tipos diferentes de moléculas tienen perfiles terapéuticos diferentes sobre una variedad de síntomas donde algunas moléculas tienen un rango terapéutico más amplio y/o medidas de acción más específicas en ciertos síntomas. La vía y la dosis de administración de la farmacoterapia también tienen un impacto sobre los efectos terapéuticos. En los pacientes con RA, se necesita poner suficiente atención a los síntomas oculares y al tratamiento nasal y ocular adecuado. Los factores relacionados con el tratamiento de la RSC no controlados no están bien caracterizados, pero pueden dividirse en tratamiento médico inapropiado o cirugía inapropiada/incompleta. El tratamiento puede ser no adecuado en aquellos pacientes con RSC en los cuales no puede administrarse el tratamiento antiinflamatorio nasal debido a eventos adversos locales o sistémicos, donde los aseos nasales no se recomiendan y/o no se tolera la terapia a largo plazo con macrólidos. Según la etiología subyacente, se estima que hasta 85% de los pacientes sometidos a cirugía endoscópica de los senos paranasales (CESP) se benefician con la intervención, con una reducción significativa en la gravedad de los síntomas o la cura total.  Además de las habilidades quirúrgicas, varios factores como el tabaquismo, los factores ocupacionales, la alergia, el asma y la intolerancia a la aspirina, afectan de forma negativa el resultado después de la CESP.
Factores relacionados con el paciente de los síntomas no controlados de la vía aérea superior
Las primeras preguntas que se deben realizar cuando se trata con pacientes con RA no controlada se relacionan con el cumplimiento del paciente en el uso correcto de la medicación y la adherencia al tratamiento prescrito.
En cuanto al tratamiento nasal, se cree que la técnica adecuada para la administración de fármacos nasales es un problema importante en la eficacia y la inducción de los eventos adversos relacionados con el uso prolongado de aerosoles nasales. A pesar de la falta de datos sólidos, parece lógico que el uso inapropiado de los aerosoles intranasales sin limpiar la nariz antes de la aplicación del aerosol, la mala posición de la atomización nasal en el momento de la nebulización de la molécula y/o la espiración nasal en lugar de contener  la respiración o la inspiración al momento de la nebulización pueden ser responsables de los efectos subóptimos del tratamiento intranasal.
La utilización correcta de la medicación prescrita puede no ser un problema importante en el tratamiento a corto plazo, pero representa un factor clave para obtener el control en los tratamientos médicos que van más allá de varias semanas. De acuerdo con estudios realizados en otros campos médicos, la adherencia al tratamiento prescrito como la inmunoterapia se encontró que puede ser tan baja como 50% después de 1 año de tratamiento. También en pacientes con RSC sometidos a cirugía de senos paranasales, una encuesta reciente mostró que sólo 43% utiliza de forma correcta los medicamentos nasales prescritos.
Entre los factores subjetivos que se estiman que son importantes en la adherencia, los prejuicios sobre el tratamiento, el miedo de los eventos adversos y las razones económicas se consideran factores clave en la determinación de si un paciente tomará la medicación prescrita. Las percepciones de los pacientes al tratamiento se consideran responsables de la falta de tratamiento en la RA en Europa. Una encuesta reciente realizada entre pacientes con rinitis sometidos a pruebas cutáneas para la demostración de sensibilización, reveló que hasta 50% de los pacientes temía los eventos adversos de la medicación prescrita para la RA. Como consecuencia de ello, los médicos pueden necesitar discutir estos temas con el paciente para obtener una mejor adherencia al tratamiento. También las expectativas de los pacientes para el tratamiento prescrito para la RA pueden interferir con la utilización, ya que es poco probable que se tomará el tratamiento sintomático si la cura de la enfermedad es el objetivo del paciente. Una encuesta reciente demostró que hasta 40% de los pacientes con un diagnóstico reciente de RA quieren curarse de su alergia, además de aliviar los síntomas. Por último, en una minoría de pacientes se reportaron eventos adversos de las diferentes opciones de tratamiento para la RA o la RSC, los cuales pueden ser responsables de las así denominadas vacaciones de fármacos o la falta de cumplimiento. Aún se necesita realizar una gran cantidad de trabajo en el cumplimiento del tratamiento médico de la RA y la RSC.
Necesidades no satisfechas en la RA no controlada
* Validación de un sistema de puntuación con EVA como herramienta clínica para la evaluación del control en la RA, con evaluaciones de control de los síntomas de la RA a corto y largo plazo.
* Evaluación de los factores diagnósticos, terapéuticos y relacionados al paciente responsables de la RA no controlada.
* Definición del éxito del tratamiento médico incluyendo la inmunoterapia en términos del control de la RA.
Necesidades insatisfechas en la RSC no controlada
* Validación de la definición propuesta de control para la RSC.
* Evaluación de la prevalencia y la fisiopatología de la RSC no controlada en la práctica clínica.
* Desarrollo de un plan estratégico de seguimiento diagnóstico y terapéutico del control de la enfermedad en la RSC.
Conclusiones
Los regímenes de tratamiento disponibles en la actualidad para la RA y la RSC son eficaces en la mayoría de los pacientes que sufren de RA y RSC. El control de los síntomas a corto y largo plazo persiste como el objetivo principal del tratamiento. El control en la RA es de acuerdo a un sistema de puntuación con EVA para el total de síntomas nasales, mientras que se propuso una evaluación más compleja para la RSC. Los conceptos novedosos del control de la RA y la RSC permiten al clínico definir aquellos pacientes que representan un reto terapéutico. La adquisición de mejor conocimiento de los diferentes factores responsables de la falta de control de los síntomas se justifica para obtener mejor control de los síntomas de la rinitis y la rinosinusitis.
Centro Regional de Alergia e Inmunología Clínica CRAIC, Hospital Universitario Dr. José Eleuterio González UANL, Monterrey, México
Dra. med. Sandra González Díaz     Jefe y profesor
Dr. José Antonio Buenfil López       Profesor
Dra. Lorena Rangel Garza                Residente de 2º año
Dra. Alejandra Macías Weinmann    Profesor

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